¿Qué necesitas para comenzar una relación con Dios? ¿Dedicarte a obras de caridad? ¿Convertirte en una mejor persona para que Dios te acepte?
Ninguna de esas cosas funciona. Pero Dios ha dejado muy claro en la Biblia cómo podemos conocerlo.
Es importante que sepas y creas que Dios te ama y te ofrece un plan maravilloso para tu vida. El hombre fue creado para vivir en comunión con Dios; pero debido a su voluntad terca y egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió. Esta voluntad egoísta, caracterizada por una actitud de rebelión activa o indiferencia pasiva, es una evidencia de lo que la Biblia llama pecado.
Todos quieren ser amados. Todos quieren vivir libre de culpa. Todos quieren tener una vida significativa. Pero escuchamos muchos mensajes diferentes sobre cómo lograrlo, y eso puede confundirnos. Muchas personas viven como si la vida consistiera en tener popularidad, éxito y dinero. No obstante, muchas personas ricas y famosas parecen sentirse muy infelices y se sienten vacías.
El camino para tener paz con Dios, perdón de los pecados y vida eterna es solo a través de Cristo. Antes de morir en la cruz, Jesús les dijo a sus discípulos: «Yo soy el camino, la
verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí» (Juan 14:6). Jesús es el camino, el único camino. Ve a él.
Jesús dio su vida en la cruz para cumplir el castigo por nuestros pecados. Lo hizo por el amor que Dios nos tiene. Éramos pecadores y estábamos totalmente separados de él; no merecíamos otra cosa que el castigo. El plan de Dios y el sacrificio de Cristo por nosotros son totalmente inmerecidos. El Apóstol Pablo lo llama «regalo».
Aceptar el regalo de Dios de la vida eterna es algo sencillo pero muy serio. Significa hablar con Dios —orar— y entregarle la vida. Esa oración tiene tres partes:
• Admitir: Reconoce que eres un pecador y dile a Dios que te arrepientes de las malas actitudes, acciones y errores que has cometido.
• Creer y Recibir: Crees de verdad con todo tu corazon que Jesús es plenamente Dios y plenamente humano, y que murió en la cruz por ti, cargando el castigo de tus pecados y recibelo en tu vida.
• Comprométete: Aquí es donde vas más allá de creer los hechos sobre Jesús y le entregas a él toda tu vida.
Recibir a Cristo significa volverse a Dios, abandonando nuestra vida egocéntrica, confiando en Cristo para que venga a nuestra vida y nos perdone nuestros pecados. De esta manera podrá hacernos la clase de personas que Él quiere que seamos. El hecho de sólo estar de acuerdo intelectualmente de que Jesucristo es el Hijo de Dios y de que murió en la cruz por nuestros pecados, no es suficiente. Ni es suficiente el tener una experiencia emocional. Se recibe a Cristo por fe, como un acto de nuestra voluntad.