Sufrimientos en las manos de Dios
El sufrimiento nunca es bueno en sí mismo, pero Dios es capaz de usarlo para el bien. A veces, Dios usa nuestro sufrimiento para entrenarnos al igual que el agricultor poda la viña, los padres disciplinan a sus hijos y un trabajador del metal acrisola la plata y el oro en el fuego.

